lunes, 9 de febrero de 2015

Hernias Discales


¿Qué es una Hernia Discal?
La hernia discal es una de las dolencias de la columna vertebral más comunes y extendidas de hoy en día.
Para comprender el concepto de hernia discal, primero debemos saber lo que es un disco intervertebral. El disco es el amortiguador que hay situado entre cada vértebra de la columna. ¿Qué pasaría si no tuviéramos estos discos? Pues que, acciones tan normales como correr, saltar, o mover la espalda no serían posibles, sin ellos la columna vertebral no podría funcionar.
Cada disco se compone de dos partes: una parte central gelatinosa denominada “núcleo pulposo”, y rodeándola una estructura fibrosa denominada “anillo fibroso”.
La hernia discal se produce cuando parte del disco se desplaza y presiona la raíz del nervio que sale de la médula espinal produciendo lesiones varias.

Consecuencia de este desplazamiento el disco comprime la médula espinal o alguna raíz nerviosa que sale de la médula espinal. Esta presión puede producir daños neurológicos (en los nervios) y, por tanto, causar dolor. 
Un dato interesante: No todas las personas que tienen una hernia de disco sienten los típicos síntomas de la hernia discal. Si la hernia no comprime la médula o algún nervio, probablemente la persona ni siquiera se entere de que tiene una. Esto es lo que se denomina una hernia discal asintomática.
Los dolores que provoca una hernia pueden ser de distinto tipo. Leves o agudos, puntuales o crónicos, en una zona concreta de la espalda, o extenderse (irradiarse) hacia las piernas o brazos. También puedes experimentar molestias como hormigueos, adormecimiento o insensibilidad en las extremidades. El grado y tipo de molestias dependerá de la ubicación del disco afectado y de su nivel de deterioro.
¿Por qué tengo una Hernia Discal?
Decíamos que la hernia de disco se produce debido a un cambio en la estructura normal del disco intervertebral. La mayor parte de las veces, la rotura del disco se produce por efecto de su envejecimiento y deterioro natural, aunque también puede producirse en personas jóvenes debido a una serie de causas, algunas de ellas controlables, otras no.
Un traumatismo, golpe violento, o esfuerzo mal realizado pueden ser el detonante para que un disco que se encuentra sano se hernie. También puede ocurrir que traumatismos y sobre-esfuerzos sean la causa de que un disco herniado empeore aún más. 
Por lo general las hernias afectan los discos que se encuentran en el zona baja de la espalda (columna lumbar) o en el cuello (columna cervical). 

Síntomas
Los síntomas que presentan pacientes con hernias discales suelen ser los siguientes:    · Dolor en glúteos, en la parte posterior de los muslos, y en las pantorrillas
·         · Dolor en una pierna (más común) o en ambas piernas
·         · Entumecimiento, hormigueo o debilidad en las piernas o los pies
·         · Entumecimiento, hormigueo o debilidad en uno o ambos brazos
·         · En los casos graves, la incapacidad para encontrar comodidad incluso al recostarse
·         · Dolor repentino o cuello torcido que no puede enderezarse sin sufrir un fuerte dolor
·         · Cambios del intestino o la vejiga y / o entumecimiento en la ingle

Tratamiento
Los tratamientos para una hernia discal, van desde la terapia física, los medicamentos anti-inflamatorioinyecciones de cortisona, hasta llegar a la cirugía.
Naturalmente, lo más normal sería optar por la quiropráctica en primer lugar, puesto que es la opción más conservadora y con menos efectos secundarios. Un quiropráctico está preparado para localizar las subluxaciones, y corregirlas. Una serie de ajustes quiroprácticos en la columna vertebral, permitirán que el disco vuelva a su posición devolviendo la normalidad a la espalda.
La pregunta más frecuente entre nuestros pacientes con hernias discales, es si el disco volverá a su posición después del tratamiento quiropráctico.
Estudios recientes realizados en hernias cervicales y hernias lumbares, demostraron que en el 40% de los casos de hernia cervical, hubo una reducción en el tamaño o  una regresión. En los casos de hernia lumbar, se demostró una reducción del 60% o regresión en el tamaño de la hernia. En un estudio diferente se demostró que los fumadores son más propensos a padecer  hernias de discales.



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